Durante los cinco domingos de Cuaresma hemos ido completando nuestro "tren de la Misericordia", sílaba a sílaba, de la palabra MI-SE-RI-COR-DIA y ... ¡Hemos subido a la cumbre de la Misericordia!
La Cuaresma es un tiempo de paso, de esperanza, de camino, hacia un punto culminante, JESUCRISTO. Para ello, hemos trabajado una "travesía interior" que nos invita a ir ligeros de equipaje, bien calzados, con las herramientas propias: ayuno, limosna y oración.
"Preparemos las mochilas, vayamos ligeros de equipaje, dejemos lo que nos sobra y mirando a la cumbre, que es el AMOR de DIOS, subamos juntos esta Cuaresma".
Fano
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